4 de abril de 2014

El terremoto que viene

Chile será azotado por un gran terremoto y esto es no una posibilidad sino una certeza.

El evento anunciado se producirá  y nada se puede hacer para impedirlo.

Y ¿cuándo ocurrirá esto? ...en cualquier momento y ¿dónde? ...en cualquier lugar.

Lo anterior es una realidad que los chilenos tenemos que aceptar.Cada uno de nosotros se verá enfrentado por lo menos una vez durante su vida a un episodio sísmico de gran magnitud. Y esto es producto de fuerzas que nosotros no podemos controlar, fuerzas que actúan en este planeta millones de años antes que la especie humana lo habitara.

En estos días en que nuestros compatriotas del Norte Grande  se han visto afectados por estas fuerzas surgen de nuevo las discusiones respecto a si hay alguien que tenga un método para predecir lo que ocurrirá. Y en la redes sociales vemos aparecer a grupos como Quake Red Alert o el Frente Fantasma que aseguran tener ese método y, al final , lo único que consiguen es asustar aún más a la gente. Estos grupos se aprovechan de la ignorancia de las personas y de la falta de escrúpulos de algunos medios que les dan tribuna para exponer sus falsas y , muchas veces, absurdas teorías. En el estado actual del conocimiento no existe ningún método para pronosticar la ocurrencia de un terremoto. Si yo en este momento afirmara que en los próximos 10 días se producirá un sismo superior a 6 grados Richter en el área comprendida entre el sur del Perú y Antofagasta es muy posible que acierte pero eso no es pronosticar. Un pronóstico, para que sea tal, debe indicar ubicación exacta del sismo, fecha y hora de ocurrencia y la magnitud que este tendrá. Y en este momento no existe nadie en condiciones de hacer tal predicción.

Chile a lo largo de su historia ha sido azotado por terremotos de distinta magnitud  y diversas consecuencias como el megaterremoto de 1960 o, el más mortífero hasta ahora, el de Chillán en 1939.Y esto seguirá ocurriendo.

Y si no podemos predecir los terremotos, ni mucho menos impedirlos ¿qué nos queda por hacer? .una sola cosa: estar preparados. Y estar preparados no significa vivir angustiados por lo que puede y seguramente pasará sino tomar las medidas necesarias para que cuando eso ocurra sepamos como debemos actuar. Y eso es algo que nos falta mucho.

Aparentemente estamos muy bien preparados si tomamos en cuenta que, considerando incluso el megaterremoto de 1960, no hemos tenido que lamentar cientos de miles de víctimas como otros países. Pero esto no es excusa para despreocuparnos. Hay que considerar que los dos últimos grandes terremotos se produjeron en situaciones bastante favorables. Ambos se ocurrieron en horas en las cuales la mayoría de las personas estaban en sus casas, no había niños en las escuelas, ni personas en los mall, ni gran cantidad de vehículos en las calles. Quizás la próxima vez no tengamos tanta suerte.

Y el estar preparados tampoco nos asegura que no pueda ocurrir una tragedia tan tremenda como la que se vivió en Japón, el país más preparado del mundo, el 11 de marzo en el que murieron mas de 20.000 personas. Nunca se está lo suficientemente preparado.

Sin embargo, esto no debe afectar nuestras vidas, debemos asumir que vivimos en un país extremadamente sísmico y eso no cambiará.

¿Y cómo se vive con la espada de Damocles pendiendo sobre nuestras cabezas? Fácil, como lo hacemos todos los días pues aunque no estuvieran los terremotos la espada continuaría allí.

Y todos sabemos cuál es esa.